miércoles, 12 de marzo de 2014

Hemangioma Infantil

Se trata del tumor más frecuente de la infancia, afectando a aprox el 11% de los recién nacidos vivos.

Epidemiología:
-Más frecuente en niñas (3:1)
-Más frecuente en prematuros (hasta un 22% de los menores de 1000grs).

Clínica:
Se caracterizan por una historia clínica típica: en la mayor parte de los casos no está presente en el nacimiento, aunque puede haber algún tipo de "placa precursora". En las primeras semanas de vida comienza un crecimiento llamativo (Fase de Proliferación), que se continúa con una Fase de Meseta durante el cual la lesión permanece estable y, a partir del primer año de vida, suele comenzar la Fase de Involución.

Exploración:
Los hemangiomas pueden aparecer en cualquier órgano, aunque la piel es el más frecuente.

En función de su profundidad pueden presentarse como:
 -Hemangiomas superficiales: los típicos "angiomas en fresa", de coloración rojo intenso, bien definido.
 -Hemangiomas profundos (angiomas cavernosos): que dificultan el diagnóstico con otras anomalías vasculares, pero cuya evolución clínica es igual al anterior.

En función de su extensión, podemos clasificarlos como:
 -Hemangiomas nodulares: pequeños, en cualquier parte del cuerpo, sin un patrón ni localización concretos.
-Hemangiomas segmentarios: con un patrón de distribución concreto, más extensos, que abarcan zonas concretas.

Hemangioma nodular
Hemangioma segmentario












Evolución:
Se considera que el 50% de los hemangiomas habrá desaparecido en los primeros 5 años, el 70% a los 7 y el 100% de ellos habrán desparecido a los 10 años. La no desaparición de la lesión o su crecimiento a partir del primer año de vida nos debe hacer replantearnos el diagnóstico.

Tratamiento:
Se trata de una lesión benigna y de resolución espontánea, por lo que, salvo complicaciones o una localización inestética, el tratamiento será conservador. Puede que precise seguimiento durante los primeros meses de vida para controlar el grado de crecimiento y la ausencia de complicaciones, pero una vez descartadas, el seguimiento puede ser llevado a cabo por el Pediatra de zona.

En caso de complicaciones, podremos plantearnos el tratamiento médico (propranolol) sobre el que hablaremos en sucesivos posts. Es excepcional el tratamiento quirúrgico.

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